Y llegó el Viernes, día en el qué según el cartel tendríamos una recompensa...
Nada más entrar en el colegio en el suelo aparecieron un patito, una sirenita y un soldado. Subimos a la planta de arriba para ver hacía dónde nos llevaban estas pistas. Nuestra sorpresa fue ver cómo nos llevaron a la biblioteca.
Dentro de la biblioteca, sólo estaba Sam y nada más. Pero, de repente, un señor con una maleta apareció por la puerta. Nos sentamos para escuchar lo qué tenía que contarnos...¿Cuál sería la recompensa?
Según nos contó, el hombre del cartel era Hans Christian Andersen, un escritor de cuentos tan maravillosos cómo el soldadito de plomo.
O el entrañable patito feo.
Nuestra recompensa fue pasar un rato estupendo y lo qué nos queda, esto es sólo el comienzo de nuestro maravilloso proyecto.
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